miércoles, 14 de mayo de 2008

Arqueología. "El Puerto Romano de Guardias Viejas (El Ejido)".

Archivo muy interesante de Lorenzo Cara Barrionuevo, (ARQUEÓLOGO). Me ha parecido importante incorporarlo al blog, ya que no tenia ni idea de la existencia del puerto romano de Guardias Viejas. No sera que a el ayuntamiento nunca le ha interesado dar propaganda al puerto romano de Guardias Viejas, todos hemos visto como se cargaron las antiguas salinas de Guardias Viejas pero lo que mucha gente no sabe es que las salinas en realidad eran un antiguo puerto romano. Muy sospechoso y una pena que solamente se piense en el dinero, los putos intereses urbanisticos. Y despues dicen que son municipalistas y se cargan de un plumazo la historia del municipio.

En Guardias viejas y en concreto en la Ensenada de San Miguel o de Los Baños estuvo el fondeadero y puerto, por donde se exportaron las producciones de gran parte del Campo de Dalías. El estudio del depósito de materiales arqueológicos del puerto romano permite conocer las intensas relaciones comerciales de la antigua Murgi (ciudad citada por Plinio, NH, III-6,8 y 17) en la Angigüedad.

A pesar de la diversidad y dilatada ocupación del lugar que nos muestran los restos arqueológicos e históricos, destacan dos elementos excepcionales: una de las pocas instalaciones portuarias romanas estudiadas en Andalucía y un gran depósito de materiales arqueológicos.

Hoy se encuentran asediados por la especulación urbanística que amenaza tantos parajes singulares de nuestras costas y sus días parecen contados.


"Un poco de historia".

Los restos de la presencia romana en la Baja Alpujarra son importantes si los comparamos con los del resto de la provincia. Las ciudades son numerosas: unas tienen origen fenicio (Abdera-Cerro de Montecristo, Adra), otras cartaginés e ibérico (Murgi-Cidavieja, El Ejido, y probablemente Vergi-Villavieja, Berja).

Numerosas villas (ricas casas de campo que eran, también importantes centros de producción agropecuaria) de los siglo I al V dC se han encontrado repartidas por el campo de Dalías: desgraciadamente, en su mayor parte, han sido sistemáticamente destruidas en los últimos veinticinco años (El Bojar, Tarambana, Cjo.Quesada, Cjo.Rempuja, etc.). La intensa colonización agrícola también llegó a ciertas zonas del interior ("villas" de Buenavista, Berja; Almohara, Dalías, etc.).
La producción y el comercio del aceite fue importante a juzgar por los numerosos contrapesos de prensas de viga de almazara que aún se identifican. Las necesidades de abasto de una rica población fueron considerables se atendemos a la importancia de los materiales arqueológicos de la zona (lápidas y cerámicas de lujo, anfiteatro y sarcófago paleocristiano de Berja, etc., mausoleo de El Daimun y mosaico en El Ejido). Por tanto, Murgi fue una ciudad abierta al exterior y en Guardias Viejas encontró su puerto.


"Una instalación insólita para la época"

En 1.986 se identificó el depósito de ánforas y una pequeña factoría de salazón de pescados próxima. Fue a partir del estudio de las antiguas cartas náuticas para documentar el estudio de la Ribera de la Algaida (Roquetas; publicado en 1.994) cuando se barajó la hipótesis de un puerto artificial en la zona. En efecto, perdida cualquier referencia local todos los derroteros costeros de los siglos XVIII y XIX señalan la existencia de El Portezuelo de Los Baños.
Como estructura protuaria, estaba formado por un espigón que arranca de un pequeño promontorio rocoso, a modo de restinga, sin malecón o muro de atraque. Medía unos 350 m. de longitud y unos 25 m. de anchura, según las evidencias superficiales y los datos -ciertamente imprecisos- de la cartografía de los siglos XVIII y XIX. Formaba un típico muelle de escollera, orientado de E a W para evitar los vientos dominantes (del SE a SW en invierno), con embocadura a levante, curvada para evitar los peligros de los vientos a la entrada.
Al quedar sepultado por los sedimentos marinos, desconocemos con exactitud su material y obra constructiva, aunque resulte significativo el progresivo aumento de bolos o grandes piedras redondeadas en las inmediaciones al fondo de la playa. Al interior, quedaría formado un fondeadero de unas 3,5 Ha, cerrado a levante por un muro, apenas insinuado ya en el plano de 1.813. Este proceso de colmatación ha acabado por cegar el fondo de la ensenada de S.Miguel, aumentando la anchura de la lengua de tierra que sepulta el muelle.


"El puerto en el transcurso del tiempo".

Que estamos ante una estructura artificial da cuenta el hecho de que produciéndose un importante arrastre de materiales por las corrientes costeras y los vientos dominantes de poniente hacia levante, el extremo o punta de la escollera acabará en ángulo formando una rudimentaria "L" que favorecía las maniobras de entrada de buques a la vez que retrasaba la inutilización de su bocana.
Ello nos recuerda los consejos de Vitruvio, que afirmaba: "Estos puertos, cuando la naturaleza o el lugar les presta condiciones favorables y tienen escollera, cabos o promontorios prolongados, y como consecuencia forman naturalmente en su interior arcos o recodos, ofrecen sin duda las mayores ventajas" (Libro 5, XIII).

Las instalaciones protuarias de El Portezuelo, o de Los Baños, de Guardias Viejas parcen corresponder a inicios del S.I cuando se observa una gran abundancia de restos de producciones anfóricas y de T.S. Sudgálica en el depósito de material adjunto.
A diferencia del puerto de Los Bajos de Roquetas (un muelle de atraque para barcas de pesca), más expuesto a los vientos de poniente, el de Guardias Viejas prestaría un gran resguardo con este tiempo, por lo que resultarían complementarios para ciertos tipos de embarcaciones.


"Los Baños y el uso posterior de las instalaciones"

Tras la desaparición del mundo romano, las instalaciones siguieron utilizándose. En las laderas meridionales del cerro del Castillo, los restos de una asentamiento pesquero tardome-dieval (desde la segunda mitad del s.XII a finales del s.XV) permiten suponer la continuidad del uso del puerto, aunque bien se pudo utilizar alternativamente las posibilidades de anclaje a poniente de la Punta Culo de Perro, zona más próxima al lugar.
Expuesta a frecuentes incursiones de piratas norteafricanos, la zona fue protegida luego con una torre, cuyas ruinas todavía se observan detrás del Castillo. En 1.765-66 se empezó a construir la actual fortificación, con una batería semircircular mirando al mar como frente artillero, según proyecto del ingeniero). Crame. Una reciente restauración ha dejado impecable uno de los mejores miradores de nuestras costas.

Mientras tanto, el área era visitada por enfermos que buscaban curación en las afamadas aguas de Los Baños. Estas instalaciones, que todavía se pueden visitar, se hicieron famosas en los siglos XVII y XVIII. Antiguamente presentaban una boca redonda y tres escalones para entrar. Inmediatamente a la derecha, un pequeño entrante servía de sudadero. Trece escalones permiten bajar hasta una tosca cámara abierta a cincel, de donde se entraba a gatas a otro espacio en que apenas cabrían seis u ocho personas.

El agua está algo más que tibia, se siente entrar por un lado aunque no se conoce la salida. Jamás crece ni mengua y es algo pringosa y nitrosa, y muy sudorífica. Su virtud es grande para dolores articulares, convulsiones, debilidad muscular y enfermedades cutáneas.


"La desaparición del Puerto"

Los cambios eustáticos y las corrientes marinas han podido inutilizar las instalaciones, cegándolas hasta inicios del s.XIX para Guardias Viejas, o haciendo perder parte de su capacidad de abrigo por un movimiento tectónico de hundimiento local, aumento del nivel del agua con relación a la costa (0,40 a 0,60m.) y depósito de arenas.

A inicios del s.XVII, unos barcos cargados de trigo fondean en su interior esperando que vengan a descargarlos desde Berja y Dalías. Según el Derrotero de Tofiño de San Miguel (1787), la entrada era entonces estrecha y normalmente alcanzaba los 5 m. de fondo, aunque se encontraba ya ocupado por bancos de arena. A mediados del s.XIX, Madoz recoge que se había cerrado había algunos años por una lengua de tierra que acabó por formar dos grandes charcas. Aún hoy, se puede advertir una diferencia altitudinal importante (alrededor de 2 a 2,5m.) entre el banco de arenas que forma la playa y la zona interior, ocupada en gran parte por vegetación halófica, característica de los saladares costeros y áreas inundables. Los sedimentos siguen acumulándose al fondo de la ensenada, donde dan lugar a una extensión muy baja en la que a finales del s.XIX se abren las salinas, con un pequeño embarcadero cuyo depósito aún se conserva en ruinas.


"El puerto como centro de intercambio"

Tanto la cerámica fina como las ánforas permiten reconstruir la secuencia cronológica y económica de las importaciones. Es importante su participación en el gran comercio oeste-este (de Córdoba, Sevilla y Cádiz, en la Bética, a Roma con el aceite), y sur-norte (de las costas africanas al litoral mediterráneo de la Península, con el aceite, productos pesqueros y cerámica de cocina y de lujo). Sobre la procedencia de los productos, cabe destacar la importancia de los originados en el Valle del Guadalquivir, seguidos con valores menores por los de la actual zona costera de Libia y Túnez. Según estos datos, el puerto de Murgi pudo hallarse comercialmente activo desde época de Nerón hasta el 520 al 560 d.C.

Un análisis sumario de desechos de cocción de un tipo de ánfora (variante de Dressel 20, el típico envase para el aceite de la Bética), junto a otras evidencias, suscita hipótesis sobre el papel de las producciones exportables de la zona. En el mismo depósito de ánforas aparecen numerosas pellas de cocción, más o menos calcinadas, prueba que se fabricaron en la zona.

Sobre la procedencia de los productos, es de destacar la importancia de los originados en el Valle del Guadalquivir -incluyendo un 3% perteneciente a la forma local que comentaremos después- seguidos con valores menores por los del África Bizacena (actual zona costera de Libia). El escaso comercio con la Tarraconense y la Galia queda claramente atestiguada en la escasez de la cerámica fina conocida como T.S. Sudgálica y la ausencia de ánforas, prontamente sustituida la primera por la T.S.Clara A, de extenso cómputo y gran variedad formal. El práctico monopolio de las producciones africanas de cerámica fina no va acompañado -como en otros lugares- por la reducción a valores testimoniales del aceite bético.

La valoración de los contenidos, muestra la amplia importancia alcanzada por el aceite, que además adquiere diversidad de procedencias. La importación de salazones a partir de finales del s.III, tras la crisis de las salazones meridionales, se centra exclusivamente en las producciones murcianas, ya que con anterioridad las originadas en la Bética y Africa Bizacena (actual Túnez) sólo se registran en proporciones despreciables. Esta situación contrasta vivamente con los hallazgos submarinos de la zona (pecio Gandolfo, Percheles, etc.).

Conviene que vayamos a visitar la zona antes de que el Protezuelo de Los Baños sólo sea el nombre de una calle en una urbanización costera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mas informacion sobre el Puerto, las Termas Romanas y el chanchullo de las Salinas
en:
http://www.myspace.com/guardiasviejas

¡Saludos!